Siguiendo en esta línea de pensar los límites de la mediación, con la finalidad de poder ponerla en su lugar y no pedirle más de lo que puede dar, y tomando  las ideas que que plantean Patricia Aréchaga, Florencia Brandoni y Andrea Finkelstein en su libro  “Acerca de la Clínica de la Mediación Relato de Casos” (Librería Histórica SRL, Buenos Aires 2004), otra de las cuestiones a tener en cuenta son aquellas relacionadas con las propias partes en el conflicto.

Entre estos límites que plantean las autoras se señalan:

  • No verse parte del conflicto.
  • No estar dispuesto  negociar.
  • Ausencia de demanda.
  • No querer modificar la situación conflictiva.
  • Defectos en el consentimiento.
  • Interés punitivo.
  • Probar la verdad de los hechos.
  • Sentar precedente legal.
  • Límites Dados por el vínculo: intensidad en la hostilidad, enfrentamiento y rivalidad.

            Tener en cuenta estos “limites”, en lo personal, como mediador, me ha sido de utilidad al momento de evaluar la posibilidad de concretar una mediación, así como plantear líneas de trabajo dentro de la misma para pensar posibles intervenciones, en particular, aquellas que tienden a que las partes ser vean como parte de un conflicto, reflexionar su co- responsabilidad en su construcción , el pensar escenarios donde la situación sea superada , que las partes reflexionen  acerca de si el interés punitivo responde a los verdaderos intereses, o si es el momento adecuado para intentarla por la intensidad en el enfrentamiento.

Encontrados unos de estos límites antes o durante la mediación nos lleva a pensar posibles estrategias  para superarlos y, en caso de ver que los mismos no puedan ser franqueados, quizá este no sea el procedimiento adecuado a ese conflicto y se deberían recorrerse otros caminos.

Insistimos en la idea que la mediación es sólo una herramienta más para gestionar los conflictos, no la única.

Con esto no pretendemos disminuir su importancia sino ponerla en su justo lugar para no esperar de ella más que lo que ella puede dar.

Creo que también es nuestra responsabilidad como mediadores conocer sus límites y aconsejar otros mecanismos cuando vemos que la herramienta no es adecuada, en lugar de forzar la misma para que de respuesta una situación que requiere otro tipo de abordaje.

Consolidar la mediación implica también  reconocer sus límites.

¿Qué opinan colegas?

DANIEL F. MARTINEZ ZAMPA
-Abogado -Mediador- Conciliador laboral- Magíster en Adm y Res. De conflictos. Prof. En Ciencias Jurídicas.

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