Por Dr. Daniel F. Martínez Zampa. La siguiente experiencia tuvo como objetivo trabajar un conflicto que se produjo dentro del aula en un sexto año de la Escuela de Educación Técnica Nº 24, Simón de Iriondo de la ciudad de Resistencia.
El lugar donde se realizará la recepción o fiesta de fin de curso es fuente frecuente de disputas en el último años de la escuela Secundaria en nuestro medio. También son usuales las diferencias por el acto de fin de año, viaje de fin de curso y «logos» de la promoción.
En esta situación el profesor de Derecho Social (Dr. Daniel F. Martínez Zampa) estaba por desarrollar el tema de los métodos alternativos de resolución de disputas en el ámbito judicial, en especial la negociación, mediación, Conciliación y arbitraje.
Para ello, y a efectos de que los alumnos pudieran vivenciar la utilidad de estos métodos, se les solicitó que pensaran en un conflicto personal o grupal que tuvieran en ese momento.
Allí apareció el problema por el lugar en que realizarán la recepción. Si bien el tema parecía no tener relación con la materia que se estaba desarrollando, cuando se indagó a los alumnos afloraron profundas divisiones por la situación, lo que también incidía en el aspecto pedagógico.
El profesor explica al grupo que van a intentar trabajar este conflicto mediante la mediación durante la hora de clase y explica sus características, sobre todo insiste en la neutralidad, confidencialidad y la autocomposición. Luego alienta, mediante preguntas abiertas a que los alumnos expongan el problema y parafrasea con el fin de que las partes puedan «escuchar» de un tercero lo que la otra pide. El tema quedó definido de la siguiente manera: un grupo quiere hacer la fiesta en un club, el otro en otro lugar. Cualquiera fuera el lugar que se decida el otro grupo no iría.
Una vez definido el conflicto e identificadas las partes (existían tres grupos los que querían en uno u otro lado y los «neutrales»), con preguntas tales como ¿Para qué quieren hacer la fiesta en uno u otro lugar? ¿Qué ventajas y desventajas tiene uno u otro lugar? Se intentó «sacar» a las partes de las posiciones y trabajar con los intereses.
Las respuestas fueron anotadas en el pizarrón en un cuadro que decía posiciones e intereses. Esta estrategia permitió tener a la vista de todos un «mapa» de la disputa y tomar conciencia que, debajo de las posiciones (lugar de realización de la fiesta) existían intereses y necesidades que iban más allá de la elección de un sitio determinado.
El conflicto fue redefinido como un problema que venía desde hacía tres años en que un grupo «siempre» tomaba las decisiones y el otro «siempre » seguía al primero, pero esta vez estaban decididos a no ceder más.
Aquí se trabajó con la técnica de «ponerse en el zapato del otro», esto es que cada grupo pudiera «ver» el conflicto desde la perspectiva del otro.
Los grupos en este punto expusieron que los que «siempre» tomaban las decisiones lo hacían por la inactividad de los otros. Quienes «nunca» tenían propuestas plantearon el tema desde la falta de espacios para hacerlo y que necesitaban ser escuchados..
Este fue un momento importante en la mediación ya que el eje del conflicto varió dado que las partes pudieron expresar sus necesidades e intereses subyacentes.
En este punto, dado que el módulo de ochenta minutos de clase había terminado y las partes tenían urgencia en llegar a un acuerdo porque la fecha se acercaba y había que definir el lugar, cada grupo nombró dos representantes que tendrían que tener facultades de acordar y la mediación continuaría al día siguiente fuera del horario de clase.
Es así como al día siguiente se realizó la reunión en un salón libre en ese momento –ya que el establecimiento no cuenta con un espacio físico especialmente destinado a mediación.
Con el conflicto redefinido se realizó una «lluvia de ideas», insistiendo en aplicar correctamente esta técnica es decir: Primero buscar la mayor cantidad de ideas sin juzgar, luego seleccionar y finalmente elegir entre las más convenientes. Finalmente se acordó que la fiesta se realizara en un tercer lugar donde asistirían todos y un día sábado en el que podrían asistir los padres..
La mediación en este caso fue utilizada como una instancia de aprendizaje, y como producto de este proceso, los grupos cambiaron la interpretación de las intenciones del otro, lo que mejoró la relación en el grupo clase.
Existen diversos modelos de intervención en mediación, en este caso el docente actuó como mediador del conflicto ya que el mismo involucraba a todo el sistema clase.
Creemos importante destacar que el docente capacitado en mediación puede crear los espacios y alentar a sus alumnos a la gestión de los conflictos a través de la negociación o mediación en cualquier momento sin esperar a la implementación de un programa formal de mediación en la institución Aún cuando se traten de conflictos que aparentemente no tienen relación con la currícula formal, los conflictos en los grupos influyen en el proceso de enseñanza aprendizaje.
La sociedad se presenta cada día más compleja y con nuevos desafíos. Es parte de nuestra actividad como docentes dar a nuestros alumnos las herramientas para enfrentarlas.
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